
Ya tiene unos años, pero «El fulgor de la luciérnaga. Cuentos para repensar la educación» de Joseba Martínez Huerta (Los libros de la catarata, 2014) sigue siendo un pequeño tesoro para la reflexión docente. En un momento leemos: «la responsabilidad de la educación, por tanto, incumbe a la sociedad entera. Todas las personas ─además de las que tienen esa misión─ deben encontrar el lugar que les corresponde en el proceso educativo. Educamos todos y todas, con nuestras palabras y nuestros silencios, con nuestros actos y nuestras omisiones. Es más, nos educamos unos a otros. Formamos, consciente o inconscientemente, una comunidad educativa». Y no podemos estar más de acuerdo. Por añadidura, la obra está trufada de infinidad de cuentos y relatos que, como mínimo, nos llevan a la reflexión en torno a estos ejes: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser.
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